Toda la tierra se moja cuando llueve. Paseando bajo un corredor de la lluvia, senti la emoción, una especie de sensación que como siempre hace erizar la piel, tanto, que me entra miedo.
Todos los dias al pasar por ahí, sigo sintiendo lo mismo, es una especie de sensación de dejà vú.
Pero lo que no llego a comprender, es si las personas de mi alrededor, sienten lo mismo... y si no es así, si son capaces de empatizar con la tormenta ajena, pues, aunque no se crea,al fin y al cabo, la vida aplasta elefantes y deja vivir a los gusanos,víboras, cucarachas y ratas.
Paseando bajo un corredor de la lluvia, veo a pequeñas abejas jugando, correteando en los bellos prados, tod@s bajo la lluvia pero ajenos a los truenos que se les acercan. Y pienso en mis adentros: "si despues de la tormenta siempre viene la calma, solucionar una tormenta continua es casi siempre dificil".
Esas pequeñas abejitas son los motores de nuestro ecosistema, suena utopico, pero lo que si es cierto es que, si no cuidamos a nuestras pequeñas, y lo único que ven del mundo es la tormenta de la lluvia, al final, el ciclo será un sin fin de ruedos.
Paseando bajo un corredor de la lluvia, veo las elefantes purificandose, a las plantas felices de recibir el agua bendita, a la espera de su terminar y ver los pequeños destellos que nos da el sol,... algo que ayuda a ser felices dentro de nuestro tormento, con independencia de estar o no dentro del corredor de la lluvia.